Tentación

Todo cristiano enfrenta la tentación. ¡Incluso Jesús fue tentado! Entonces, ¿cómo se puede resistir a la tentación de ceder y, así, mantenerse fuerte?

Piénselo de esta manera: ¿Jugó alguna vez con un par de imanes cuando era un niño? Si es así, se acordará de que cuanto más se acercaban el uno al otro, más difícil era para separarlos.

La tentación es algo así. Cuanto más uno piensa en ello y cuanto más cerca permitas que esté, más fuerte será su atracción. De hecho, si usted no tiene cuidado, llegará la hora cuando va a ser casi imposible alejarse de ello. ¡No dejes que eso suceda!

El primer paso que debe tomar es huir de todo lo que es tentador para ti. Manténgase tan lejos de ello como sea posible. El apóstol Pablo le dijo a su joven amigo Timoteo, “Huye de las malas pasiones de la juventud, y esmérate en seguir la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con los que invocan al Señor con un corazón limpio” (2 Timoteo 2:22).

No hospeden pensamientos tentadores. Evite todo lo que llena su mente de pensamientos pecaminosos y llene su mente con cosas buenas al estudiar la Palabra de Dios y orar por dirección.

Asimismo, recuerde que nuestros pensamientos son tan importantes como nuestras acciones. De hecho, Jesús tuvo palabras fuertes para la gente era justa por fuera, pero corrupta por dentro. Una de las razones es porque nuestras acciones suelen comenzar con nuestros pensamientos. La Biblia dice: ” Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, los falsos testimonios y las calumnias.” (Mateo 15:19).

No hospeden pensamientos tentadores. Evite todo lo que llena su mente de pensamientos pecaminosos y llene su mente con cosas buenas al estudiar la Palabra de Dios y orar por dirección.

Por encima de todo, necesita la ayuda de Dios para pelear esta batalla. Si nunca lo ha hecho, vuelva a Cristo y pídale que entre en su vida. Luego, pídale que llene su corazón con su amor y su poder para lograr quitar lo que está mal en su vida. Dios ha prometido que “cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir” (1 Corintios 10:13). Pídale que le muestre el camino hacia fuera — y luego tómelo.

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