Hay muchas cosas que nos pueden causar profundo dolor como el divorcio, la pérdida de un trabajo, la enfermedad o la pérdida de un ser querido. El dolor viene como en olas de tristeza que se disipan solo cuando llegan ciclos de sanidad. Reconocer ese proceso y permitirle ocurrir en su vida, le ayudará a soportar y aún a crecer a lo largo de esta triste experiencia. Este ciclo de sanidad no siempre ocurre en el mismo orden, y algunas cosas suceden más a menudo que otras, pero todas son parte natural del proceso de luto. Recuerde que esto es normal y que ayuda mucho el buscar auxilio.
– Impacto inicial: es una intensa experiencia emocional que le puede dejar emocionalmente paralizado.
– Liberación emocional: tiempo caracterizado por llanto, sollozos y/o sentimientos de profunda tristeza.
– Soledad y depresión: un sentido de pérdida; la profundidad dependerá de qué tan dependiente haya sido de la persona/la gente/las cosas involucradas.
– Culpa – cuestionar las propias decisiones- “Pude haber hecho más” o “Debí haberlo hecho diferente”.
– Enojo, culpa, hostilidad: “¿Por qué me hicieron esto?” “¿Por qué Dios me hizo esto?”
– Depresión: un sentido abrumador de apatía y de no poder continuar con la vida.
– Reconocimiento de la pérdida: entendimiento de lo que perdió. Por ejemplo quizás no sólo perdió el trabajo, sino su ingreso, su posición y su autoestima.
– Agradecimiento: si perdió a un ser querido, aprecie los buenos recuerdos y la vida de esa persona.
– Regreso de la esperanza: “La vida seguirá,” “Puedo lidiar,” o “Dios me sacará de esto.”
– Regreso a la nueva rutina: aceptar la pérdida y ajustarse a ella La Biblia dice: “Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación” (Mateo 5:4). Dios quiere soportar nuestros dolores, nuestras pérdidas y darnos consuelo, esperanza y aliento. Cuando aceptas a Cristo como su Señor y Salvador, Él le lleva entre sus brazos a través de este proceso.
También es de mucha ayuda hablar con Dios y con otros acerca de cómo se siente para no enterrar lo que está dentro. Espere en Dios quien va a traer también algo bueno de la situación. Romanos 8:28 dice: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” El leer su Biblia y orar a Dios le ayudarán a través de este duro tiempo.