Ser burlado puede bajar el autoestima y hacerle sentir despreciado. Tal vez se siente como que a nadie le importa. Pero Jesucristo también fue ridiculizado y entiende lo que le está pasando. Él le puede dar fuerzas para superar esta situación. La Biblia dice en 2 Corintios 12:10 que cuando somos débiles, Él nos hace fuertes.
El valor en Cristo
Dios creó a cada persona única, con diferentes talentos, personalidades y deseos. No somos creados al por mayor, sino cuidadosamente hechos por el Dios del universo, quien nos conoce por nombre.
Piense en esto: ¡usted es la obra maestra de Dios! su vida tiene valor, no importa lo que digan los demás o cómo le traten. Su vida es un regalo de Dios. Él le conocía antes de que naciera. Salmos 139:13-14 dice: “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas…!”
Dios le valora, y Él no hace favoritismo (Hechos 10:34). Él le ama y se preocupa de cómo se siente. 1 Pedro 5:7 dice: “Depositen en él toda ansiedad, porque él cuida de ustedes.” Si usted ha confiado en Jesucristo como Señor, entonces es llamado hijo de Dios. 1 Juan 3:1 dice: “¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios!”
Por qué algunas personas intimidan
Algunas personas —niños, adolescentes y adultos por igual— se burlan de otros y hablan en forma equivocada dado a cosas que están sucediendo en su propia vida. Puede ser que tengan envidia de usted o se sientan ofendidos por algo más allá de su control. Puede ser que tengan una situación difícil en el hogar y que se dirijan a usted para satisfacer una necesidad de estar en control. Tal vez no se les trata bien tampoco, o tienen una visión negativa de sí mismos. Tal vez reciben poca atención por parte de las personas que los rodean. Podría ser que la persona o personas que le hacen la vida imposible simplemente están tratando de quitar el enfoque de sus propios problemas. Algunas personas intimidan a otros para llamar la atención, obtener estatus o aprobación de sus compañeros.
Mientras que estas cosas podrían no ser el caso, tenga en cuenta que es posible que usted no sea el único que está enfrentando una situación difícil. Si bien no hay excusa para la intimidación o el acoso escolar, reconocer que hay un motivo le podría ayudar a responder de una mejor manera.
La respuesta
La Biblia habla sobre el tema de la intimidación y el trato abusador o irrespetuoso. Los cristianos incluso pueden ser un objetivo específico del hostigamiento ya que el tratar de vivir como Cristo es a menudo contracultural.
Mateo 5:39 dice: “No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.” Sin embargo, esto no significa que no puede pedir la defensa de Dios o defenderse a usted mismo.
Al responder a una situación de acoso escolar, recuerde que la Biblia nos dice que debemos tratar a los demás de manera justa y con respeto. Mateo 22:39 nos dice que amemos a los demás como a nosotros mismos. Y Romanos 12:18 aconseja: “Si es posible, en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos.” Cuando enfrentes con alguien que habla mal de ti, se burla o le humilla, no busque la venganza sino el responder en amor. Mateo 5:44 dice: “Amen a sus enemigos,” y Mateo 5:9 dice que los que trabajan por la paz serán bendecidos. Lucas 6:28 dice, incluso, “bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los maltratan.”
Cómo tratas a los demás refleja su relación con Dios ya que Él los ha creado y valora a cada uno. Al responder a las personas en amor, se darán cuenta e incluso podrían cambiar su actitud hacia usted. Proverbios 15:1 dice: “La suave respuesta aparta el furor, mas la palabra hiriente hace subir la ira.”
Al mismo tiempo, si el acoso le está afectando negativamente mentalmente, emocionalmente o físicamente— no permanezca en peligro, sino busque el apoyo de un adulto o una figura de autoridad digna de confianza. Recuerde que nuestra fuerza no proviene de nosotros, sino de Dios que se preocupa por nosotros y nos da la esperanza. Permita que esto le dé la fuerza para soportar. Salmos 34:4-5 dice: “Busqué al Señor, y él me respondió; me libró de todos mis temores. Radiantes están los que a él acuden; jamás su rostro se cubre de vergüenza.”
A veces, incluso es aconsejable huir de una persona que intimida. Por los celos, el rey Saúl en la Biblia persiguió a David, y David huyó (1 Samuel 19-24). Huyendo de tal persona no es cobarde —es a menudo la mejor opción cuando no podemos protegernos a nosotros mismos. Pídale a Dios la sabiduría en cómo responder, y confíe en Él para hacer justicia.
Si se trata de un cristiano que le está maltratando, Mateo 18:15-17 dice que debe destacar la maldad a la persona. Si esa persona no le escucha, pídale a una o dos personas más que se acerquen a él o a ella contigo. Si eso no cambia nada, lleva el problema a su iglesia.
Independientemente de la situación, podemos encontrar el consuelo y la protección en Dios. Salmos 46:1 dice: “Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de angustia.” Que la fuerza de Dios le aliente hoy.
Proteger a los demás
Efesios 5 y 6 llama a los maridos a defender a sus familias y negocios. Y es la responsabilidad de los padres para tratar de proteger a sus hijos del peligro.
Si está siendo acosado su hijo, no asuma que el problema va a desaparecer. Puede que ayude el practicar cómo su hijo puede responder para que él o ella se sienta preparado para enfrentar al que le intimida. Mantenga la línea de comunicación abierta con sus hijos, y no dude en involucrar a otro adulto o administrador de la escuela para ayudar a resolver el problema.