¿Cómo llegó aquí? ¿Cuándo terminará? La adicción es algo poderoso. Lo consume y le hace sentir que no tiene el control de nada. Puede presentarse en la forma de alcohol, drogas, apuestas, pornografía, desórdenes alimentarios o cualquier otro comportamiento enfermizo. Le afecta en una manera física, emocional, social y espiritual.
Cristo también fue tentado (Hebreos 4:15) y sabe por lo que está pasando. Cuando pone su confianza en Él, puede estar seguro de que Él le ayudará a romper las cadenas que le están atando.
Pero para cualquier cosa a la que esté atado, existe ayuda. No tiene por qué sentirte avergonzado, destrozado o vacío. Dios nos promete en la Biblia, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Él desea liberarlo y darle una nueva vida en Su Hijo, Jesucristo. En su debilidad, Él es fuerte, y ofrece una esperanza real y duradera.
Cristo también fue tentado (Hebreos 4:15) y sabe por lo que está pasando. Cuando pone su confianza en Él, puede estar seguro de que Él le ayudará a romper las cadenas que le están atando. He aquí algunos pasos que le permitirán liberarse de su adicción:
– Si nunca había pensado lo que significa encontrar satisfacción y propósito en una relación con Jesucristo, hágalo ahora. (Visite PazConDios.net para encontrar más información). Y si ya dio su vida a Cristo, hágalo a Él su máxima prioridad.
– Admita responsabilidad. Sin importar su situación, en algún punto atrás decidió tomar el alcohol, las drogas, ver pornografía, etc. Y usted es responsable de sus decisiones.
– Rompa lazos con amigos y lugares conectados a su adicción. Esto ayudará a reducir la tentación y hará más fácil la recuperación. La Biblia dice: “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado” (Proverbios 13:20).
– Pídale a Dios fuerza para ayudarle a vencer su adicción. Todo mundo lucha con la tentación, pero como dice 1 Corintios 10:13, “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.
– No se sorprenda si su familia o amigos dudan de su recuperación. Si esta adicción ha dominado su vida, seguramente ellos han tenido que lidiar con promesas rotas y con la constante desilusión. Dele tiempo a ellos para ver su nueva persona.
– Recuerde que ser cristiano no se trata de perfección. Podrá recaer en sus viejas costumbres, pero tan pronto como lo haga, pídale perdón a Dios y pídale que lo limpie de su adicción. 1 Juan 1:9 dice; “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.”
– Lea y estudia la Palabra de Dios, la Biblia. Involúcrese en una iglesia fundamentada en la Biblia y establezca relaciones de amistad sanas. La Biblia dice, “que si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero !ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Eclesiastés 4:10).
– Muy a menudo es necesario lidiar con las causas que originaron la adicción para poder vencerla. Busque mayor orientación de un pastor, de un consejero cristiano o de alguna clínica local.
Nadie puede prometer que la recuperación será fácil, pero Cristo estará a su lado ofreciéndole el fundamento necesario para mantenerle de pie. Recuerde, “porque nada hay imposible para Dios” (Lucas 1:37).